;Welcome
Bienvenidos sean al blog oficial del closet zone en dz. Este blog es un espacio donde un grupo de usuarios dedican su tiempo a publicar su columna semana con semana & blablabla.

Staff
Hansel, columnistas y ´las sexy`s diseñadoras.



Ghei chat

ARCHIVO
agosto 2009 septiembre 2009 octubre 2009 noviembre 2009

ENTRADAS

Entre el viento y la marea
Me pregunto / Carta a Daisuke
No lo entiendo.
El miedo se acabo
¿Y si voy?
SelfDestructiveMIND
Rearmando.
Si, y ¿qué?
Los Dias Contados.
Un dia completamente nuevo

AFILIADOS


AFILIANOS!
CZ; Corporation

Escape.
lunes, 21 de septiembre de 2009 | 23:29




[Preferiria que fuera con esta cancion:
http://www.youtube.com/watch?v=769atcL8rpc]

Sigo dando vueltas, y no se exactamente a donde voy, no entiendo por que no puedo dejar de golpearme la cabeza con ideas en las que no quiero pensar. Es verdad lo que dicen, en lo momentos mas difíciles, uno se entrega a hacer lo que los impulsos le manda. Pero no se a donde voy, y no se donde voy a terminar, solo se que quiero estar lejos, por que se que no puedo hacer nada. Se que no tengo voz ni voto en esta situación.

Me subo al autobús, recuerdo que alguien me dijo que habría una reunión en un mall del centro de la ciudad. No hablo y me pego a la ventana, me siento frustrado, no por que no pueda decir lo que quiero, sino por que incluso pensar en el me duele, y no me duele por que este con alguien mas, me duele por que no puedo hacer nada para evitarlo. Me siento estupido e infantil por no poder hacer de cuenta que no pasa nada y que mañana o mas tarde todo va a quedar en orden, por que no puedo, mi corazón sigue haciéndose un nudo cada que alguien menciona el asunto. Y claro que les encanta mencionar el asunto, es el principal tema de conversación de todos mis amigos, como aun sigo como un idiota esperando a alguien que, para el gusto de todos, no es más que un mentiroso. Me siento como si fuera un criminal recluso, atado, amordazado y condenado a ver que pasa sin poder evitarlo. Suena a tragedia griega, pero quien a pasado por esto, sabe que se siente.



Llego, o no lo se, camino entre las calles esquivando gente y haciendo de cuenta que no esta pasando nada, adormecido por la música que sale de mis audífonos, continuo mi camino, siempre sin rumbo fijo y no esperando nada. Cuando llego los veo a todos tan animados y de buen humor, que no puedo evitar sentir nauseas y asco. Yo no quiero estar rodeado de gente feliz, por mas egoísta que suene, pero así funcionamos los seres humanos, solo queremos las emociones para nosotros. No siento ira, ni envidia, siento repulsión, así que arrastro a uno de mis amigos, que sabe de la situación lejos y nos vamos.

Después de dar vueltas y evitar el tema nos sentamos en una banca. “¿Ahora que paso?” en silencio bajo la cabeza y empiezo a contarle el drama del día, le explico que a pesar de todo lo que esta pasando no puedo dejar de guardar las esperanzas, le explico que me muero de ganas de gritar, le explico que no necesitaba saber el estado de Facebook que el y su novio tienen, me detengo a dar un respiro y prender otro cigarro, le explico que fumo uno de estos cada que me siento desesperado, y desde hace un mes, debo haber terminado con tres cajetillas chicas, por lo menos, recalco nuevamente que estoy al borde de la demencia y este tipo de cosas afectan mi ya debilitada salud emocional, hablamos de mis carencias afectivas y luego me callo. Enrique me mira y me dice “Realmente te dejo marcado ¿No es así?” y yo levanto la mirada, con ganas de escupirle le digo “No, solo me gusta hacer drama, claro que si, ¿No has escuchado lo que llevo diciéndote desde hace media hora?” ambos guardamos silencio mientras el cigarrillo se extingue.

De pronto, el rompe el silencio “Si es tan importante para ti, deberías creerle. Aunque te digan mil personas que te olvides no lo vas a hacer, vas a seguir creyéndole, vas a seguir esperándolo y sobre todos, vas a seguir volviéndote un poco más loco con el pasar de los días. Entiendo que no puedas evitar pensar en el, y aunque no me agrade, lo que deberías hacer es empezar a pensar un poco en ti, pasar esas cosas a segundo plano y seguir con tu vida”. Lo miro, y aunque se que tiene razón, necesito decir algo “Entiendo lo que me dices, y de verdad quiero hacerlo, pero me arde como si me quemara con un hierro caliente, cada vez que pienso en el. La solución seria no hablarle, pero eso no va a cambiar nada”, el me mira de nuevo, extrañado y me dice “Eso ya es tu problema” volteo a mirarlo y le digo “¿Sabes que? Vamos al Vale Todo”. El me mira sorprendido. El Vale todo es una de las discotecas gay mas populares de la ciudad, concluye toda clase de personas de todo estilo social. Jamás había ido, y en realidad, Enrique tampoco. No teníamos planes, no teníamos a nadie más que nos esperara, no teníamos a donde ir, y sobre todo, no teníamos nada que perder.

Seguimos besándonos y bailando juntos, sus manos se mueven alrededor de mi cuello y mi cabeza, y yo me deslizo por todo su cuerpo, sin saber donde detenerme, me gusta oír su voz, me gusta escucharlo decir mi nombre, me gusta besarlo. Sé que siempre es así con el, siempre son segundos en los que parece que todo está bien.

La música estridente atenta contra nuestros oídos, tengo la esperanza de pasarla bien, intento que Enrique se divierta, pero está bastante tieso. No me gusta mucho bailar, pero lo hago, me gusta moverme, me gusta pensar que no hay límites para lo que quiero hacer, que puedo ser diferente cuando quiero. Toda la música que tocan se me hace conocida, sigo bailando y trato de hacer que Enrique se suelte, aunque le cuesta, lo intenta. La noche pasa, bailamos, cantamos, conversamos. Por un momento olvidamos todo el karma que nos lleva hacia el pasado. Me la estoy pasando bastante bien, pese a todo. Y entonces la noche cae y el espectáculo empieza. Y lo veo a lo lejos, me quedo mirándolo, el me mira. Sonríe, Y yo me quedo en silencio.

El está allí. Después de varias semanas nos vemos de nuevo. Se me acerca, conversamos, coqueteamos. Esta algo bebido y me toma de la mano, yo tomo la suya, se acerca mucho a mi y nos besamos. Entre Drag Queens y Humo nos besamos de nuevo, de vuelta, como si fuera la primera vez. Pero sé que esto no va a durar, que no vamos a ir más lejos. Que es solo un beso, lo siento en el alcohol en su boca, lo siento en su corazón que late al ritmo de siempre y no con la pasión de antes. Nos abrazamos, fingimos que este momento durara más de una noche, pero sé que no será así. El aun me guarda resentimiento por todo lo que paso, por todo lo que dije, por todo lo que no hice, por todos los sitios a donde no fui. Pero eso no importa ahora, no sé si porque esta ebrio o porque está feliz de verme. Seguimos besándonos y bailando juntos, sus manos se mueven alrededor de mi cuello y mi cabeza, y yo me deslizo por todo su cuerpo, sin saber donde detenerme, me gusta oír su voz, me gusta escucharlo decir mi nombre, me gusta besarlo. Sé que siempre es así con el, siempre son segundos en los que parece que todo está bien. Estamos cansados y nos vamos a sentar. Inevitablemente, nos hemos confrontado el uno al otro. Sigue resentido por mis últimas palabras “Lo que yo siento por ti es lindo, pero lo que siento por Daniel es 20 000 veces más fuerte”.

No lo culpo, pero nos miramos fijamente mientras él me reclama, me animo a seguir besándolo, en ese efímero momento, donde todo parece estar bien. Ahora entiendo un poco más a Daniel, perdiéndome en un beso y en una caricia, parece que no existiera un ayer o un hoy. Le digo que sí, que dije eso, y que tal vez me equivoque al decirlo, que sí, que ame mucho a Daniel, pero que ahora no me quedaba nada. Y lo digo más por cólera y resentimiento que por que sea verdad. Me mira a los ojos y no sé si por efecto del alcohol o porque realmente es feliz me dice “Te extrañe”. No le creo del todo, pero me jala a seguir bailando, mis manos se deslizan por todo su cuerpo, aunque no lo conozco de memoria se donde acariciarlo, pero él me lleva a mas, baila sensualmente junto a mi mientras yo le beso el cuello. Es un momento de película, como si fuéramos la pareja perfecta, aun hay resentimiento pero nos estamos dejando llevar, como todo el mundo lo hace. Tomándolo de la cintura le susurro al oído “Acabas de hacer mi noche perfecta”, acariciando mis cabellos me lleva hacia él y nos envolvemos en un nuevo beso. ¿Cuántos vamos ya? No lo sé, pero no me importa, sus labios son más suaves de lo que recordaba. Me abraza, y se contornea junto a mí, como invitándome a seguir, a ir más lejos, a continuar el baile en otro lugar. “Me vuelves loco” le susurro al oído, y con su risa de niño coqueto me responde “Tu a mi”. La música sigue estridente, nosotros seguimos besándonos, como si nos cobráramos todos los besos que nos debíamos hace mucho. En el fondo me pregunto qué pasaría si vuelvo con él. Pero no digo nada. Enrique se acerca y me mira con cara de Quiero irme, el me mira y me dice “Mi mama me está esperando” y yo, yo solo los miro a los dos y me encojo de hombros.

Salimos de la discoteca, tomados de la mano. Sé que cuando se le pase el efecto de todo esto, se cuestionara por que hizo lo que hizo. Pero en ese momento no nos importa, estamos en la madrugada, esperando un taxi. Me hace bromas, conversamos, parece que nada a pasado desde la ultima vez. Lo abrazo suavemente y le digo “Gracias”, hacemos planes para el lunes, aunque probablemente no se concreten. El sube a su taxi, con una sonrisa en la cara y yo no puedo evitar sentir detrás de toda la euforia y esperanza, que quizás sea la última vez que lo beso.

Enrique y yo caminamos por la avenida, conversando y riéndonos. La pasamos bien, nos divertimos, me llevo un buen sabor en la boca, en todo el sentido de la palabra. Pero no puedo mentirme, tengo dos dudas en mi cabeza. La primera, si es que Daniel está bien, y la segunda, ¿Cuantas horas más durara el cuento de hadas? Uno de nosotros dos va a reaccionar tras el estupor del romance incompleto y la calentura. Y cuando lo haga, habrá que decidir que pasara con este encuentro inesperado. Por el momento solo me concentro en sonreír bajo la garua.

Etiquetas: Shin

2 comentarios ♥