Pensamiento Estupido
lunes, 2 de noviembre de 2009 | 21:49
Veo una lata de Coca Cola, y pienso en ti. Escucho la palabra “México” y me acuerdo de ti, de tu familia, y de nuestros amigos. Cuando, por alguna desgraciada razón, escucho a Café Tacvba en la radio o en el Mall, recuerdo con dolores casi menstruales, las promesas que dejamos a medias. Cuando se me antoja jugar WOW, recuerdo las charlas hasta la madrugada, las raids y las risas en nuestro tiempo libre. Y Créeme, que no quieres saber todo lo que recuerdo cuando abro Skype o cuando veo la Webcam
Es una manera estupida de pensar, a la cual, afectuosamente llamare P.E. o pensamiento estupido, llamado asi, por que es estupido, a niveles insospechadamente normales, asociar cosas, imágenes, palabras o ropa a una persona. Por que claro, ¿Que culpa tiene la pobre lata de gaseosa de que al final termináramos quitándonos el habla el uno con el otro? También esta exenta de culpa la canción de los sexualmente ambiguos cantantes de Café Tacvba “El Baile y Salón” de que al final, en lugar de bailar juntos, tu terminaras bailando en la cama de alguien mas.
Es parte del P.E. mantener un cierto nivel de esperanza oculto entre los mares de estupidez que te llevan a ponerte en posición fetal cada que recuerdas el por que las cosas ya no son como antes. Y es que todos tenemos un momento de P.E., cuando nos acordamos de que hace años no hacemos algo que nos gusta, cuando recordamos que el infortunio, o mas bien la vida nos arranco de las manos la felicidad, como una gorda que le arranca un jamón de las manos a un mesero, o cuando simplemente pensamos en lo desafortunados que somos cuando no podemos tener lo que queremos.
Lastimosamente, énfasis en lastima, a todos los que nos golpea el P.E. nos termina quedando un sabor a melancolía en la boca. Aun quedan esas ansias de tener algo que no es necesario, de volver a tierras perdidas, de retomar cosas inretomables. Como prescripción, lo mejor para dejar el P.E. atrás, es dejar de excavar en las memorias, como quien busca oro en una montaña abandonada, y ver hacia delante, hacia el futuro a medias que puede o no puede ser terminado, por que a veces, y solo a veces, este estupido pensamiento puede ser la premonición de un resultado favorable.
Tal vez no hoy, tal vez no mañana, y probablemente nunca terminaremos retomando las cosas que perdimos, pero hay dos cosas que terminan pasando de todas maneras. La primera, o el pensamiento estupido nos agarra a patadas hasta dejarnos en coma, tras lo cual o lo superamos o repetimos el proceso de maltrato hasta que lo superemos. Y la segunda es que, aunque no lo queramos, toda esta estupidez enseña, enseña a sobrevivir, enseña a continuar luchando contra la marea, enseña a caerse y levantarse, a seguir con la cabeza en alto y a esperar que un día, todo salga absolutamente bien. ¡Que alguien me traiga un café, que ya me puse denso!
Etiquetas: Shin
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martes, 27 de octubre de 2009 | 12:03
Mirando la ventana en silencio me pregunto cuánto tiempo paso desde que el castillo de cartas en el que dormía se desmorono.
Ahora en este punto de mi vida, en el cual tengo las manos vacías, pero el corazón lleno de esperanza, me pregunto qué hay detrás de esa densa neblina que me cubre los ojos. Desde que el viento se llevo mis cosas por la ventana, fumo y escribo más y mejor –en ambos casos- de lo que solía hacerlo. Desde el día en el que el paraíso se cayó por la ventana y se destruyo en mil pedazos, me di cuenta que tengo tantas cosas buenas como malas en mi interior, que tengo piezas que no funcionan correctamente en el mecanismo de mi vida, y que tenía la dirección mal puesta.
Sentado escribiendo, con la música inundando la habitación, me doy cuenta que ya nada es como antes. Yo no estoy esperando a un tren que nunca va a llegar, ya no estoy pendiente de mi correo, a ver si algún día todo se detiene y recibo ese esperado correo. Ya no hago viajes hacia Miraflores a encontrarme con mi antidepresivo, y tampoco paso los fines de semana pensando en que mientras yo haga lo que haga, aquel chico que se llevo mi corazón se encuentra encamándose con alguien más. Escribo y pienso en mi trabajo, en las cosas que voy a hacer, en los sitios a los que quiero ver. Y es que hay tantas cosas que se me quedaron atoradas en la garganta, pero son aun más la cantidad de cosas que han quedado por hacer, después de todo, este es el momento de ver solo por mí.
Termino de escribir sobre el trabajo, sobre las cosas que hago ahora. Pienso, y siento, que en este instante de mi vida, cuando estoy parado sobre los resto de sueños partidos, pensar en el pasado no sirve de nada. No le puedo dar amistad a alguien que nunca considere mi amigo, porque, entre amante y amigo hay una gran diferencia, una vez que tu amigo se vuelve tu amante, ya no hay vuelta atrás, imagino entonces, que por eso se le hace más fácil a él y al resto del mundo, encontrar un amante que casi no conoces. No puedo perdonar a alguien que no busca perdón, y puedo sentirme mal por todos mis errores, pero eso no cambia nada, no quita el hecho, de que mires con otros ojos, aunque tu alma te diga entre susurros que aun extrañas el mundo que dejaste atrás.
Las vueltas de la vida me han llevado a un lugar en el cual no creía llegar nunca, un espacio casi olvidado en el mundo que no quería recordar. En mi habitación ya hay nuevos recuerdos, hay nuevas palabras e incluso, nuevas personas. Pero a pesar de todo, guardado en una sucia y vieja caja, se ha quedado el recuerdo de lo que llevo a ser como soy. Ya no está esa mujer que camina con fuego en las manos, sin darse cuenta que quemara su propia carpa y a sus propios actores, ya no está el príncipe de espadas, con un alma mas filosa que su lengua, dispuesto a dejarse llevar por el encanto y la frivolidad, se llevo la sangre de los labios, del príncipe de cristal. Y ya no está, el rey del castillo de cartas, el dueño del corazón de cristal, se a marchado y a dejado roto el tesoro que tan bien guardo. El reino se ha cerrado para ellos, el príncipe de cristal se ha quedado sentado a los pies de las cartas regadas por el suelo, con una maraña de palabras en la garganta, pero solo una en la boca: “Termino”.
Etiquetas: Shin
0 comentarios ♥Un día
sábado, 24 de octubre de 2009 | 6:03
Déjame tocar tus dulces labios, con mi boca. Sentir tu suave aliento sobre mi piel. Quiero ser yo la dueña de tus suspiros, gemidos y de toda tu.
Remuevo mi mano de mi cara, aprecio un techo diferente. Me encojo de hombros y sonrió, porque ya sé donde estoy.
Siento algo pesado sobre mi pecho. Acaricio su cabello con la mano que yacía sobre ella.
Suspiros… Beso su cabeza.
Sin que se dé cuenta, me remuevo poco a poco de su lado, y me dirijo al baño donde me aseó y me alisto para un nuevo día. Pasó por la habitación, mirando de reojo por la pequeña abertura que deje en la puerta, y seguía dormida.
Ahora me voy a la cocina donde preparo algo de comer, entre sofisticado y sencillo. Como algo, dejo la mitad para mi compañera. Voy para la pieza nuevamente sin hacer ruidos y la veo dormir. Tan hermosa…
Suspiros… Besos sus labios delicadamente.
Busco la comida para ella, y la poso en una mesa cerca del cuarto. Lleno mi mano con par de fresas, y esta vez al volver al cuarto hice ruidos sin querer con la puerta. Trate de esconderme o algo asi. Y ella comenzó a despertarse lentamente, con unos ojos achinados, y comenzó a tocar la cama y no me encontró. Se asusto y en eso que decido entrar.
Le di un piquito en los labios, unos abracitos y las fresas. Le comente que ya estaba hecho el desayuno.
Se alisto, comió.
Y un día nuevo para ambas surgió…
Etiquetas: Luna_Caduta
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lunes, 19 de octubre de 2009 | 18:17
Éramos una alegre pareja. La pareja mas melosa que cualquiera de nuestros amigos hubiera conocida, de esas que salen en portada de revistas como si fueran maniquíes. Ahora, sin embargo, ya no somos nada de nada, no nos ha quedado ni la sonrisa perfecta. No, claro que no.
La vida, el tiempo y en cierto modo, nuestra propia mano, termino por descomponernos, transformarnos en todo lo que no queríamos ser o volver a ser. Nuestros te amo, se fueron pudriendo, como una manzana que alberga un gusano en su interior, corrompiéndose hasta volverse un silencio. Nuestros momentos juntos, regresionaron desde su etapa de encuentros llenos de romance pasión e interminable ternura hasta saludos cada vez mas mecánicos y fríos. A nuestra comunicación se le pasó la fecha de expiración y se fue transformando con el paso de los días en aversión. Mi gran admiración hacia ti, fue descomponiéndose en repulsión al enterarme de tu nueva vida, de las promesas rotas y las palabras que saben a mentira.
La putridez de la situación indudablemente me alcanzo a mi también, mi frigidez fue descomponiéndose en fragilidad. A mi autosuficiencia le salieron hongos verdes y mohosos transformándola en dependencia, mis ideales se consumieron solos, cayendo rápidamente como fruta podrida desde un árbol, dejando regado en el suelo una composta de obsesiones incontrolables.
Todo lo que teníamos, ahora no está más que podrido, el no es aquel al que recuerdo con tanto aprecio, y yo no soy el que se desvivía en cada segunda por respirar el mismo aire, y es que ambos, pero principalmente el, transformamos el romanticismo e idealismo en un fétido facilismo y conformismo, que no hace más que dejar un aroma a podredumbre e insatisfacción. Nos embarramos cada vez más en la porquería que nos rodea, llenando de mierda nuestros cuerpos, cuartos, bocas, camas, almas y mentes. Bañados en los desechos, en los restos de lo que alguna vez fue el árbol de manzanas doradas que creció en nuestro patio, nutriéndose de nosotros.
Yo sigo aquí, con un sabor a mierda en mis labios, sosteniendo en mis manos una semilla, una inocente semilla que se quedo entre toda la putrefacción en la que estamos parados. La triste semilla, del amor que se nos pudrió.
La vida, el tiempo y en cierto modo, nuestra propia mano, termino por descomponernos, transformarnos en todo lo que no queríamos ser o volver a ser. Nuestros te amo, se fueron pudriendo, como una manzana que alberga un gusano en su interior, corrompiéndose hasta volverse un silencio. Nuestros momentos juntos, regresionaron desde su etapa de encuentros llenos de romance pasión e interminable ternura hasta saludos cada vez mas mecánicos y fríos. A nuestra comunicación se le pasó la fecha de expiración y se fue transformando con el paso de los días en aversión. Mi gran admiración hacia ti, fue descomponiéndose en repulsión al enterarme de tu nueva vida, de las promesas rotas y las palabras que saben a mentira.
La putridez de la situación indudablemente me alcanzo a mi también, mi frigidez fue descomponiéndose en fragilidad. A mi autosuficiencia le salieron hongos verdes y mohosos transformándola en dependencia, mis ideales se consumieron solos, cayendo rápidamente como fruta podrida desde un árbol, dejando regado en el suelo una composta de obsesiones incontrolables.
Todo lo que teníamos, ahora no está más que podrido, el no es aquel al que recuerdo con tanto aprecio, y yo no soy el que se desvivía en cada segunda por respirar el mismo aire, y es que ambos, pero principalmente el, transformamos el romanticismo e idealismo en un fétido facilismo y conformismo, que no hace más que dejar un aroma a podredumbre e insatisfacción. Nos embarramos cada vez más en la porquería que nos rodea, llenando de mierda nuestros cuerpos, cuartos, bocas, camas, almas y mentes. Bañados en los desechos, en los restos de lo que alguna vez fue el árbol de manzanas doradas que creció en nuestro patio, nutriéndose de nosotros.
Yo sigo aquí, con un sabor a mierda en mis labios, sosteniendo en mis manos una semilla, una inocente semilla que se quedo entre toda la putrefacción en la que estamos parados. La triste semilla, del amor que se nos pudrió.
Etiquetas: Shin
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sábado, 17 de octubre de 2009 | 7:21
Allí
Aquel era un día nuevo. Ya estaba muy cansado de lo mismo de siempre. Mi vida giraba alrededor de los libros y el trabajo.
Quería algo diferente, quería ser libre de todo ese mundo lleno de variables, resultados y números reales o imaginarios. Si no era eso, era el servicio al cliente que tendría que brindar con una sonrisa forzosa, pues mi jefe estaba pendiente a todo. Y como el cliente tiene la razón, por más faltas de respeto que haya hacia mi persona, la otra parte tiene la “razón”. Una razón de injusticia porque todos somos humanos; o al menos eso pienso yo.
Después de miles de rechazos hacia mis amigos, y panas de la universidad, o conocidos; decidí acceder a una salidita.
Ya era hora, el sofoca miento era mucho, y la verdad ando solito hace tiempito. Aunque no era lo mío, pues solía ser muy “hombreriego”, hasta que me rompieron el corazón unas cuantas veces y decidí darme tiempo para mí y ahora vivo para seguir hacia adelante sin tener amoríos o una vida social.
Que horrible dirían muchos, pero he aprendido mucho con las experiencias, y lo que he podido apreciar. Pero creo que es hora que me gradué de mi soledad, o ese pensé el día que accedí a salir. Espero que no sea otro error, o que la pase mal. Hace mucho que las luces de una disco tocan mi cuerpo, o sentir la música cuerpo a cuerpo con otro. Éxtasis puro, con un toque de clímax corporal que solo se siente al bailar…
No hablemos más de mi…
Ya en la noche me fui en mi carro, busque a una de mis amigas. Que por cierto ella le gustan las mujeres, y es una de mis mejores amigas. Después de eso hablamos un poco en el auto, escuchamos algo de música, hablamos por teléfono; para saber donde andaban los demás y la localización exacta del lugar. Pues como dije anteriormente hace mucho que no algo e íbamos para una discoteca nueva.
Me dieron la dirección, y el camino era algo largo. Yo vivo en el noroeste del país y el lugar quedaba en el este. O sea, había como hora y media o dos de camino.
Cuando llegamos al local me impacto, porque últimamente las discos son bien cafres*, pero aquel lugar se veía decente por fuera, y para mi sorpresa también en su interior.
El local contaba con un acondicionador de aire, mesas, sillas, 2 barras, una parte exterior con otra barra, 2 pistas de bailes una afuera y una adentro, la música se podía apreciar adentro y afuera, estaba llena de colores y luces, obras de artes… Un sitio para morirse.
Pero mi muerte no seria así, después de descifrar cada centímetro del lugar comencé a apreciar el contenido… Muchos chicos, lindos y de diferentes etnicidades y edades. Era un jardín gustativo para todas las edades. Para mi colmo, vi el nene que físicamente era perfecto.
Uno ojos grandes llamativos de color pardo, que decían todo lo que él no decía, su pelo oscuro lacio, una tez clara quemada con un suave tan del sol, su boca tan sexy de labios no muy finos, y esas manos grandes… Y la ropa, a la moda, se le veían bien las nalgas, y aprecie un buen paquete…
Aquí comenzó, el tiempo de las miradas. El me miraba y viceversa, nos sonreíamos. Y así paso parte de la noche. Además de que estuve con mis amistades, baile con ellas, bebí par de tragos (no bebo cerveza), y después de discutir mi gran “encuentro”, me incitaron a hablarle.
Me entro la timidez, hace mucho que no andaba en el terreno, pero quería conocerle o al menos hablarle. De pensarlo tanto seguí bebiendo y me anime. El alcohol revela identidades o valentías inexistentes dicen por ahí.
El ánimo duro poco, porque mientras me acercaba pensaba en cómo hacerlo. Pensé y pensé, y me dije: “Que sea lo que Dios quiera.” Cerré mis manos, y le toque el hombro. Le hable al oído: “¿Quieres bailar?”
Accedió con un gesto de su cabeza, y sonreí.
Baile con él como nunca lo había hecho, estuvimos horas sin parar, hasta que nos envolvimos tantos que nos dimos un beso allí.
Cafres: palabra que se usa de forma despectiva para decir algo de bajo mundo o sin clase o cultura.
Etiquetas: Luna_Caduta
0 comentarios ♥Para no decirle adios
lunes, 12 de octubre de 2009 | 10:00
¿En qué estoy pensando? Quizás tengo más de mil opciones diferentes pero estoy escogiendo la más difícil, la más brutal, la más sanguinaria. Creo que en el fondo me gusta el resto sin sentido, el terminar con todas mis opciones y jugarme las cartas menos probables de victoria
Tengo cartas tiradas alrededor de la cama. El teléfono no deja de sonar, las cenizas de papeles que no merecían ni siquiera existir están regadas por el piso, confundidas entre el polvo y la ceniza de mi cigarrillo.
La ropa regada sobre la cama, el celular no deja de sonar. Más de mil ideas martillando en mi cabeza. Creo que a pesar de todo, lo correcto es guardar en la cabeza todas las ideas y sensaciones sin contar. Creo que no puedo tenerme ahora. Estoy en un instante de mi vida en el cual, si dejo de moverme o de actuar por más de quince segundos, todo se irá al demonio. Tengo la presión de saber que, lo que haga en este instante o lo que deje de hacer, podría cambiarlo todo, pero incluso con toda esta presión, queda la terrible incertidumbre de no saber si todo tendrá un resultada.
A pesar de todo lo que me ha llevado a este momento de mi vida, creo que debo guardar con un sentimiento alegre el recuerdo de lo que tuve. Miro por la ventana y escucho el claxon, el celular sigue sonando. ¿Ya es muy tarde? Mierda, porque siempre estoy demasiado tarde para todo ¿Sera por qué no puedo con más responsabilidades de las que me gustaría? No, no es eso, es solo que quizás, siempre tengo la cabeza mezclada en cosas que no puedo alcanzar, o que tal en el fondo no merezco alcanzar.
Ya empezaron las llamadas al número fijo, pateo los papeles por la ventana. ¡No tengo tiempo! No tengo absolutamente nada de tiempo. ¿Es el momento ideal para echarse atrás? No, creo que si quería echarme atrás debí haberlo hecho por lo menos, hace treinta horas. Ahora es momento de actuar decididamente. Tomo la mochila tirada en el piso, le dejo un mensaje a mi mejor amigo. Corro hacia la puerta, tomo mis cigarrillos en la mesa, apago la luz. Luego de esto, todo empieza de nuevo.
Son las 7.30 PM. Estoy subido en un auto. Tengo los audífonos puestos y una sonrisa torcida en mi cara. Probablemente me arrepienta completamente de esto en una semana, cuando me dé cuenta que quizás, no ha sido mi momento más inteligente. Pero ahora me voy sin rumbo fijo, me voy porque ya les dije a todos lo que tenía que decirles, ya hice todo lo que me faltaba por hacer. Ya rompí los corazones que tenía que romper, y llore lo que tenía que llorar. Maldije más de mil nombres en más de tres idiomas. Espere más de 100 horas una respuesta que nunca llego. Enterré 4 años de recuerdos en un cofre perdido en el centro de la tierra. Me arranque la máscara de persona fuerte y la sepulte junto a papeles de un frustrado intento en el teatro. La noche sigue sobre mí, mi corazón late a mil por hora, se acabo todo nuevamente. El castillo de ilusiones, la casa de dos pisos, los perros, los sueños a medio terminar, las promesas de amor, las mascaras del abandonado teatro. Todo se acaba de demoler en el instante que tiro la puerta de mi casa. Acabo de abandonar todo, y tengo una sonrisa cínica en el rostro. Y lo pienso una vez más, pienso en lo último que les dije a todos, menos a él:
Hasta pronto.
Etiquetas: Shin
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sábado, 10 de octubre de 2009 | 14:26
Entontre algo interesante en la siguiente revista:
MUY INTERESANTE. México, febrero 2009, núm. 2. p.34.
Son citas recolectadas de diferentes libros y personas con respecto a la homosexualidad y orientacion sexual
- Ya saben el viejo dicho: no puedes enseñarles a un viejo perro gay nuevos trucos heterosexuales. Tray Parker (1969), productor norteamericano, creador de South Park.
- No encuentro nada malo en el hecho de ir a la cama con alguien del propio sexo. La gente debe ser libre respecto a su sexualidad; a las que deberían restringir es a las cabras. Elton Jhon (1974), músico inglés.
- Son tantas cualidades que hacen a un ser humano, que cuando reviso las cosas que realmente admiro de las personas, veo que lo que hacen con sus partes privadas está tan abajo en la lista que es irrelevante. Paul Newman (1925-2008), actor estadounidense.
- La desición de la OMS en 1991 de no considerar más a la homosexualidad como una enfermedad es una gran error. Jorge Serrano Limón (1952), activista mexicano.
- Dos hombrecitos no pueden reproducirse para formar una familia. Carlos Abascal Carranza (1949-2008), político mexicano.
- La homosexualidad es tan limitada como la heterosexualidad. El ideal debería ser amar a una mujer o a un hombre, como seres humanos, sin miedos, restricciones u obligación. Simone de Beauvoir (1908-1986), novelista francesa.
- Las etiquetas son para archivar. Las etiquetas son para la ropa. Las etiquetas no son para las personas. Martina Navratilova (1956), tenista de origen checo, naturalizada estadounidense.
- Existe la impresión de que los homosexuales tienen sexo y los heterosexuales se enamoran. Eso no es cierto. Todos quieren ser amados. Boy George (1961), músico inglés.
- Hay una prueba objetiva de que la homosexualidad es más interesante que la heterosexualidad. Ésta es que se conocen bastantes casos de heterosexuales que se convierten en homosexuales, y en realidad muy pocos homosexuales desearían ser heterosexuales. Michel Foucault (1926 - 1984), filósofo e historiador fránces.
- La bisexualidad duplica las probalidades de tener una cita el sábado por la noche. Woody Allen (1935), cineasta estadounidense.
- Si consideramos esta unión (la homosexual) más o menos equivalente al matrimonio, tenemos una sociedad que ya no reconoce la especificidad ni el carácter fundamental de la familia, es decir, el ser propio del hombre y de la mujer que tiene el fin de dar continuidad, no sólo en sentido biólogico, a la humanidad. Benedicto XVI (1927), Papa de la Iglesia católica.
- En Irán no hay homosexuales. En Irán no tenemos ese fenómeno. No sé quién ha dicho que lo tenemos. Mahmoud Ahmadinejad (1956), presidente de Irán.
- El asunto importante no es el objeto del amor, sino la emoción en sí misma. Gore Vidal (1952), escritor estadounidense.
Ahora bien, estas citas son de apoyo y en contra de la homosexualidad, pero en su gran mayoria no hay una gran aberración hacia nosotros >>. Me gusta la de Woody Allen
Etiquetas: Zein
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